Nuestra experiencia en el hotel Meliá Sierra Nevada fue única. Mejor imposible. Recibimos un espléndido trato por parte de los empleados, en especial por parte de Carlos el recepcionista y las demás chicas. También por parte de Andrés y Mónica, que nos atendieron estupendamente en el buffet del desayuno, además de todos los demás trabajadores. Y sobretodo, el mejor trato que recibimos fue por parte de Laura, la masajista: una estupenda masajista que además nos recomendó los mejores sitios para comer y cenar en Sierra Nevada y nos atendió con total cercanía y amabilidad. En concreto recibimos el masaje muscular profundo porque lo necesitábamos después de esquiar (una maravilla, nos sentíamos totalmente descargados), pero si hubiéramos podido hubiéramos elegido otros masajes que ofrecían y que en ningún otro sitio he visto.
El desayuno en el buffet fue inmejorable, todo buenísimo. El spa fue una experiencia muy reconfortante con cada uno de los servicios y con unas vistas preciosas de la Sierra (nos relajamos con los distintos chorros de agua caliente mientras admirábamos el paisaje).
Las limpiadoras fueron muy amables en cada trato que recibimos.
En el bar cenamos muy bien y estuvimos disfrutando de un magnífico concierto. Además, la comida en el restaurante que está anexado al hotel era una de las mejores en toda Sierra Nevada.
Una experiencia de 10.