Lugar muy tranquilo en zona rural, donde se duerme plácidamente. Todo estaba limpísimo y el dueño está muy pendiente de que todo quede desinfectado después de su uso (medidas anti-Covid). El desayuno es muy completo; nosotros no podíamos con todo! Embutidos, croissants, bizcochos caseros, fruta, etc...
Por poner alguna pega, sólo diría que la habitación doble se queda muy justa al meter una cama supletoria.
Por la zona no hay restaurantes; los más cercanos están como a kilómetro y medio.