El parador es muy bonito pero el personal un poco seco, tal vez exceso de trabajo, siempre se les veía muy apurados. Nuestra habitación era amplia pero interior, es decir la ventana daba al patio principal, lo que da una sensación extraña no saber si hace buen o mal día, si hace sol o no. Eso si, bien insonorizadla.
Lo mejor, las medidas de higiene, todo muy aséptico.