Trossos del Priorat es un pequeño hotel (tan solo 7 habitaciones) cerca de Gratallops, rodeado de viñedos. Su arquitectura es espectacular: se camufla en el paisaje. En el propio hotel se vinifican varios vinos, pese a que esas instalaciones no son visitables (sí lo son las del hotel “hermano” Terra Dominicata, y de hecho viene incluida una visita y cata allí con la estancia en Trossos).
Las habitaciones son correctas. Tienen un pequeño balcón ideal para tomar una copa de vino al atardecer. Quizá se echa de menos que en el baño hubiera bañera en lugar de ducha, encajaría mejor con el espíritu de calma y relax del hotel.
Hay 2 salas comunes que se abren con una llave a parte, donde hay un bar “self-service” que se puede usar apuntando las consumiciones en una libreta. El bar dispone de los vinos que se crean en la finca del hotel.
En general, es un gran sitio para pasar unos días de relax y desconexión y para disfrutar del encanto del mundo del vino. Lo recomendamos.