El hotel está bien ubicado cerca del centro, es bonito pero, sus empleados no tienen la más mínima idea de servicio al cliente, recepción pésimo trato, hostess del restaurante pésimo trato, tiene terraza con vista a la ciudad que no puedes antes de las 9 30 am, cuando llegas al restaurante nadie te recibe tienes que perseguir a los meseros para que te asignen mesa la hostess ni se mueve de su cabina. En la cuenta del desayuno nos cobraron un extra por la salsa del platillo mismo que no está especificado en la carta, además se confunden con las cuentas por mesa, cobran de más y te dan la cuenta de otra mesa. Cuando enciendes el aire acondicionado en la habitación este despide un olor horrible como a orina. La alberca que en las fotos se ve enorme, nada que ver es mini y con agua fría igual el jacuzzi. No gasten aquí su dinero, hay mejores opciones. Lo único rescatable son los bell boys Ernesto y Gil.