El paisaje es muy bonito, tal como se ve en las fotos con los cerros en el horizonte. Algunas áreas comunes dentro del hotel están descuidadas, con bichos y telarañas, por ejemplo un salón con grandes ventanales que dan a los cerros, vista muy bonita, pero todos los cojines están sucios, manchados, rotos, con basura de varios días y telarañas. Se antoja para ir a meditar solo, buscando tranquilidad, pero luego es decepcionante el olor a tocino frito que viene del restaurante, justo a un lado. La zona del spa tiene letreros de no hablar alto ni usar el celular, pero las empleadas hablan todo el tiempo y a gritos. El hostal está lejos del pueblo, así que la única opción para comer es su restaurante, o hay que tomar el auto para ir al centro de Tepoztlán. La comida está bien, pero el lugar se llena de moscas y otros insectos, especialmente avispas, lo que puede ser muy incómodo. El spa es caro, pero no más que otros ubicados en hoteles. Si se busca un lugar tranquilo en general, con un spa aceptable, muy sencillo (sin televisión y wifi deficiente) esta es una buena opción. Para más comodidades será mejor buscar otro sitio.