Se trata de un hotel nuevo, muy acogedor y decorado con muy buen gusto en todas sus estancias. Destacar la zona de la terraza. Una pena no haber podido disfrutar de la piscina debido al mal tiempo. Pero nos dijeron que el agua de las piscinas estaba a 28 grados.
Habitaciones con tamaño correcto. Camas amplias, buenas almohadas, la climatización bien y están aisladas de ruido externo.
El desayuno perfecto. Hay opciones para todo tipo de paladares. En nuestro caso encontramos lo que buscábamos que no suele suceder en otros hoteles: leche de almendras, avena, pan integral, frutos secos, mucha variedad de frutas... Había de todo. Hasta una fuente de chocolate para los más dulces. Muy bien.
Como puntos a mejorar diría que las camas deberían tener sábana superior para dar más sensación de higiene. Tienen únicamente la funda nórdica.
Es difícil aparcar por la zona. Hay un parking público justo enfrente pero estaba completo cuando llegamos y nos las vimos y deseamos para encontrar aparcamiento.