Muy, muy bien. A la habitación y, en general, a todo el hotel solo le faltan ese par de detallitos excelsos que le harían rozar las cinco estrellas. Se agradece la variedad de almohadas para las camas, con colchones muy agradables ya desde el primer uso. Desayunos muy buenos, aunque la bollería cojeaba un poquito.
Quizás la única pega "grande" fue que, en nuestro caso, la ducha pegaba brincos de caliente a menos caliente y te quedabas un poco tieso. Todo lo demás, cuatro estrellas sobresalientes.