Ver el mar cuando te despiertas, escuchar las olas, todo está tranquilo, desayunar/comer/cenar en una terraza grande, tener una piscina grande no muy concurrida que además tiene muchas horas de sol, tener una plaza de parking grande subterránea y sin complicaciones de tener que hacer maniobras, volviendo al apartamento aire acondicionado con instalación, osmosis en la cocina, todo lo que puedas llegar a necesitar en utensilios, y bien conservados, en definitiva, que hemos estado como en casa, y por supuesto agradecer a Luis el propietario el trato recibido