El hotel nos encantó y se encuentra justo al lado de una pequeña playa muy tranquila, en la que el hotel ofrece tumbonas.
Todo el recinto está muy limpio y dispone de varias zonas para relajarse y entretenerse. Es el rincón perfecto para pasar unos días de relax en la isla, disfrutando de sus playas.
El personal es muy amable y ayuda en todo, además ofrecen transfers al centro cuando quieras por lo que la distancia al puerto no supone un problema.