El hotel es genial, las habitaciones amplias, los baños limpios y amplios, aunque hay ruido exterior no se nota por las excelentes ventanas que tienen los cuartos. Esta muy bien ubicado, a dos cuadras del metro. Annalisa me mandó todas las instrucciones para poder llegar y hacer check in y siempre estuvo en contacto y al pendiente de mi estancia. El elevador es una belleza. El desayuno incluido solo es café y pan de una cafetería al lado del edificio, pero si quieres algo más lo puedes pedir (pagando aparte). Volvería sin dudarlo.